Trump's re-election and its potential impact on global sport
- Friday, 15 November 2024
His presidency, marked by an 'America First' approach and unpredictable foreign policy, could reshape how the United States interacts with international sports organisations, athletes, and fans worldwide. While his administration would likely bring challenges, it could also present opportunities for American sports on a domestic level, despite the potential for friction in the broader international sporting community.
A key factor in Trump's re-election is the evolving relationship between the US, and major global sporting organisations. As the AP’s Graham Dunbar observed, FIFA is more likely to maintain a positive rapport with Trump compared to the International Olympic Committee (IOC). FIFA "seems in a better place to resume warm relations" with Trump, based on the history of interactions between Giovanni Infantino and the US president.
Infantino, for instance, congratulated Trump even before the Electoral College win in 2020, using his Instagram account to send his message. By contrast, the IOC has maintained a "public silence" regarding Trump’s potential re-election, adhering to formal protocol. The IOC’s history with Trump includes a memorable, poorly received visit by IOC President Thomas Bach to the White House in 2017, marking a less-than-ideal relationship.
Additionally, Trump’s divisive statements, including his false characterisation of female Olympic athletes and his stance on gender in sports, could create further tension with the IOC. At a recent campaign rally, Trump "falsely labeled two female Olympic champion boxers as men" and pledged to "keep men out of women’s sports," a sentiment that could alienate athletes and officials alike, particularly within the IOC, which has been navigating increasingly complex gender identity issues in sports, most recently with the Imane Khelif controversy.
However, Trump’s administration may still play a pivotal role in global sports diplomacy. FIFA, for instance, could find itself in a delicate position with nations like Iran, whose qualification for the 2022 World Cup and subsequent political implications were subjects of concern. With Trump at the helm, FIFA might need to carefully manage these sensitive issues, given the administration's stance on international relations.
The Associated Press highlights that FIFA "seems to have an open line of communication" with Trump to address "potential challenges," signaling a practical, albeit politically charged, partnership. One area where Trump’s re-election could intersect directly with the sports world is the bid for the 2031 Women’s World Cup. The United States is teaming up with Mexico for this bid, which will take place amid heightened tensions between Trump and the US Women’s National Team (USWNT), a team that has been vocal in its opposition to his policies.
Despite the ongoing animosity, the prospect of Trump’s administration derailing the US-Mexico bid seems unlikely. As Ben Rumsby noted in London’s Daily Telegraph, the bidding process for the 2031 World Cup will unfold "against a backdrop of open hostility" between Trump and the USWNT, yet the likelihood of it "torpedoing a bid for the 2031 edition also appears remote." The US and Mexico’s joint effort will likely overcome the political challenges presented by Trump’s presidency, though the tensions within the women’s soccer community could complicate matters.
Additionally, Trump’s re-election may influence the upcoming 2028 Summer Olympics in Los Angeles, which will undoubtedly be a global stage for American leadership in sports. The current president of the IOC, Thomas Bach, has refrained from publicly congratulating Trump on his re-election, which contrasts with FIFA President Infantino’s early show of support.
With Bach set to complete his term next year, whoever succeeds him as “the most powerful figure in sport" will need to navigate delicate diplomatic terrain, especially as LA 2028 draws nearer. As the Telegraph points out, the IOC leader "can ill afford to fall out with the most powerful person in the world if the two are to share a stage come the opening ceremony of LA 2028." The IOC's ability to maintain a cooperative relationship with Trump’s administration will be crucial, especially as international political dynamics continue to influence the tone and scope of major global sporting events.
In conclusion, Trump’s re-election is likely alter the global sports landscape in significant ways. His approach to diplomacy, trade, and gender issues could complicate relationships with international sporting bodies like the IOC and FIFA, though organisations such as FIFA might maintain a pragmatic relationship due to their past interactions.
La reelección de Trump y su posible impacto en el deporte mundial
Por Sam May Viernes, 15 de noviembre de 2024
El segundo mandato del republicano como presidente de los Estados Unidos, que comenzará en 2025, ya está repercutiendo en el panorama deportivo mucho más allá de las fronteras del país, influyendo en todo, desde la diplomacia internacional hasta la política de género y los acontecimientos mundiales.
Su presidencia, marcada por un enfoque de "Estados Unidos primero" y una política exterior impredecible, podría cambiar la forma en que Estados Unidos interactúa con las organizaciones deportivas internacionales, los atletas y los aficionados de todo el mundo. Si bien su administración probablemente traería desafíos, también podría presentar oportunidades para los deportes estadounidenses a nivel nacional, a pesar del potencial de fricción en la comunidad deportiva internacional en general.
Un factor clave en la reelección de Trump es la evolución de la relación entre Estados Unidos y las principales organizaciones deportivas mundiales. Como observó Graham Dunbar de la AP, es más probable que la FIFA mantenga una relación positiva con Trump en comparación con el Comité Olímpico Internacional (COI). La FIFA "parece estar en una mejor posición para reanudar relaciones cálidas" con Trump, según el historial de interacciones entre Giovanni Infantino y el presidente estadounidense.
Infantino, por ejemplo, felicitó a Trump incluso antes de la victoria del Colegio Electoral en 2020, utilizando su cuenta de Instagram para enviar su mensaje. Por el contrario, el COI ha mantenido un "silencio público" sobre la posible reelección de Trump, adhiriéndose al protocolo formal. La historia del COI con Trump incluye una visita memorable y mal recibida del presidente del COI, Thomas Bach, a la Casa Blanca en 2017, lo que marca una relación menos que ideal.
Además, las declaraciones divisivas de Trump, incluida su falsa caracterización de las atletas olímpicas femeninas y su postura sobre el género en los deportes, podrían crear más tensión con el COI. En un reciente mitin de campaña, Trump "etiquetó falsamente a dos boxeadoras campeonas olímpicas como hombres" y prometió "mantener a los hombres fuera de los deportes femeninos", un sentimiento que podría alejar a los atletas y a los funcionarios por igual, particularmente dentro del COI, que ha estado abordando cuestiones de identidad de género cada vez más complejas en los deportes, más recientemente con la controversia de Imane Khelif.
Sin embargo, la administración de Trump todavía puede desempeñar un papel fundamental en la diplomacia deportiva global. La FIFA, por ejemplo, podría encontrarse en una posición delicada con naciones como Irán, cuya clasificación para la Copa Mundial de 2022 y las implicaciones políticas posteriores fueron temas de preocupación. Con Trump al mando, la FIFA podría tener que manejar con cuidado estos temas sensibles, dada la postura de la administración sobre las relaciones internacionales.
La Associated Press destaca que la FIFA "parece tener una línea de comunicación abierta" con Trump para abordar "retos potenciales", lo que indica una asociación práctica, aunque políticamente cargada. Un área en la que la reelección de Trump podría cruzarse directamente con el mundo del deporte es la candidatura para la Copa Mundial Femenina de 2031. Estados Unidos se está asociando con México para esta candidatura, que se llevará a cabo en medio de tensiones agudizadas entre Trump y la Selección Nacional Femenina de Estados Unidos (USWNT), un equipo que ha expresado abiertamente su oposición a sus políticas.
A pesar de la animosidad en curso, la perspectiva de que la administración de Trump descarrile la candidatura de Estados Unidos y México parece poco probable. Como señaló Ben Rumsby en el Daily Telegraph de Londres, el proceso de presentación de candidaturas para la Copa Mundial de 2031 se desarrollará "en un contexto de abierta hostilidad" entre Trump y la selección femenina de Estados Unidos, aunque la probabilidad de que "torpedee una candidatura para la edición de 2031 también parece remota". El esfuerzo conjunto de Estados Unidos y México probablemente superará los desafíos políticos que presenta la presidencia de Trump, aunque las tensiones dentro de la comunidad del fútbol femenino podrían complicar las cosas.
Además, la reelección de Trump puede influir en los próximos Juegos Olímpicos de Verano de 2028 en Los Ángeles, que sin duda serán un escenario global para el liderazgo estadounidense en los deportes. El actual presidente del COI, Thomas Bach, se ha abstenido de felicitar públicamente a Trump por su reelección, lo que contrasta con la temprana muestra de apoyo del presidente de la FIFA Infantino.
Con Bach listo para completar su mandato el año próximo, quien lo suceda como "la figura más poderosa del deporte" necesitará navegar por un terreno diplomático delicado, especialmente a medida que se acerca LA 2028. Como señala el Telegraph, el líder del COI "no puede permitirse el lujo de pelearse con la persona más poderosa del mundo si los dos van a compartir escenario en la ceremonia de apertura de LA 2028". La capacidad del COI para mantener una relación de cooperación con la administración de Trump será crucial, especialmente porque la dinámica política internacional sigue influyendo en el tono y el alcance de los principales eventos deportivos mundiales.
En conclusión, la reelección de Trump probablemente alterará el panorama deportivo mundial de maneras significativas. Su enfoque de la diplomacia, el comercio y las cuestiones de género podría complicar las relaciones con organismos deportivos internacionales como el COI y la FIFA, aunque organizaciones como la FIFA podrían mantener una relación pragmática debido a sus interacciones pasadas.
La perspectiva de un tenso proceso de licitación para la Copa Mundial Femenina de 2031 y los Juegos Olímpicos de Los Ángeles de 2028, que se avecinan, subraya las complejidades que enfrenta el deporte mundial en el segundo mandato de Trump. A pesar de los desafíos, Estados Unidos todavía puede tener una influencia considerable en el deporte internacional, tanto a través de sus ligas nacionales como de su capacidad para albergar grandes eventos mundiales. En última instancia, la forma en que se desarrollen estas tensiones y oportunidades dependerá del clima político y de la capacidad de adaptación del mundo del deporte a un entorno global cada vez más polarizado.