¿Dónde
perdimos el camino y el compromiso olímpico?
Por: Lic. Luis Chanlatte.
En el año 1979 cuando Fidel Castro visito
la sede de la ONU en la ciudad de New York el periodista Jon Alpert de la NBC
le pregunto entre otras cosas que si el temía por su vida y Castro le
respondió: "Tengo un chaleco moral, es fuerte ese me ha protegido
siempre".
Un líder de esa categoría le daba a la
moral tanta importancia que hasta pensaba que le podía servir como un chaleco
antibalas para protegerle y es que la moral tiene fuerza intrínseca que coloca
al ser humano en condiciones de sentirse hasta protegido por sus actos apegados
a la norma moral. Otro líder histórico
Nelson Mandela solo tenia un arma, su moral.
Para Platón debemos honrar el bien, y
constituirlo en el principio y el inspirador de nuestras palabras, así como de
nuestros consejos y resoluciones.
Enmanuel Kantdecía que la moral dependía de
la buena o mala voluntad del ser humano.
El barón Pierre de Coubertain entendía que
el deporte tiene un valor educativo capaz de transformar el rumbo del hombre y
de la sociedad.
Coubertain decía que la base de la
filosofía olímpica es el juego limpio es jugar como una actividad naturalmente
satisfactoria y generalmente agradable, honesta y divertida, jugar sin trampa
aprender a perder.
El movimiento olímpico dominicano ha
involucionado en el aspecto filosófico y moral hay menos dirigentes
comprometidos y lo lúdico y placentero se sustituye por la trampa, la falta de humildad,
los golpes bajos y acciones deshonestas.
El autor, Luis Chanlatte, es presidente de la Federación Dominicana de Wushu y vicepresidente del Comité Olímpico Dominicano (COD) |
Algunos dirigentes culpan a la ley 147 y
hoy en día a las asignaciones de fondos a las federaciones de este descalabro;
por el poco compromiso ético y moral de muchos dirigentes, para ellos ese fue
el inicio de la pérdida del camino correcto y como consecuencia de lo primero
el efecto secundario de dejar de lado el compromiso con la filosofía olímpica.
Quizás este tema debería debatirse a
profundidad y establecer si esas son las razones básicas de tantas situaciones
enojosas desde el punto de vista del juego limpio, de la ética y la moral que
observamos continuamente en el deporte olímpico nacional.