Centroamericanos y del Caribe Panama 2022: El suicidio de la razón!!
EL AUTOR es Abogado y expresidente de la Federación de Judo y del Comité Olímpico de Panama.
POR MIGUEL VANEGAS
Nadie con sensatez puede plantear que nuestro país en esta lamentable coyuntura por la cual atravesamos producto del COVID-19, puede darse el lujo de gastarse 350 millones de dólares, (más adendas) para realizar en nuestro país los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2022.
Dichos juegos le fueron otorgados a nuestro país producto de lo que se ofertó “ todo pagado para todos”. Esa oferta ahora es necesaria para nosotros mismos, para nuestro pueblo y para la imperiosa reactivación económica a la cual todos nos debemos comprometer.
A pesar de los serios planteamientos contra dichos juegos por parte de ciudadanos panameños, de conocedores del deporte nacional y la certeza que tiene la mayoría de federaciones deportivas nacionales, de no tener con que’competir a ese nivel.
Tercamente se ha insistido en la realización de dicha justa regional, mas para complacer egoístas y oscuros intereses de todo tipo, que para ayudar al deporte patrio en su profundidad y en sus variadas y múltiples manifestaciones.
Sin instalaciones deportivas, sin entrenadores, sin atletas, jueces y árbitros,sin que la inmensa mayoría de disciplinas deportivas puedan conformar equipos completos y competitivos ( categoría por categoría) en las ramas femeninas y masculinas, que cuenten con la posibilidad real de competir a ese nivel, ya que no tienen el elemento humano, ni lo pueden a estas alturas conformar e incluso sin poder participar en todos los deportes del programa de esos juegos, ya que existen algunos que no se practican en nuestro país, es un acto irresponsable mantener la realización de los mismos en nuestro terruño.
Tenemos que recordar que los últimos resultados de juegos centroamericanos, donde hemos participado, ha sido no solo lamentables, sino también merecidos (quedamos de penúltimo) desde luego, ello no es responsabilidad única de nuestros competidores y dirigencia por el contrario es el resultado del desgaste y quiebre de la forma como el Estado panameño a pretendido seguir orientando a nuestro deporte.
Al punto que las organizaciones deportivas nunca cuentan con un presupuesto y las Direcciones Provinciales de Pandeportes, llamadas a colaborar en el desarrollo deportivo, no tienen presupuesto, ni medio alguno para realizar sus labores.
Hoy más que nunca se requiere que con seriedad y responsabilidad se decline la sede de estos juegos regionales. Todos nos comprenderán y ello incluye al Presidente de ODECABE, el pragmático dominicano Luis Mejía Oviedo, buen conocedor de nuestra común astucia y bellaquería caribeña.
Considero que parte de los fondos que se piensan proporcionar a este torneo multideportivo se deben destinar a nuestro frente interno, para luego del trauma del corona virus, empresas panameñas con trabajadores nacionales, construyan a lo largo y ancho del país infraestructura deportiva para todos y para todas las disciplinas deportivas.
Igualmente se contraten metodologos, que formen instructores y entrenadores, que luego el Estado contrate y puedan contribuir concretamente con la masificación deportiva, no solo en la competición de alto nivel, sino también en la recreación, el combate al ocio, la prevención de la delincuencia, la salud ciudadana e Igualmente en la reactivación económica que tanto necesitaremos. No podemos continuar sin una política de Estado para el Deporte panameño, es decir sin tener una estrategia realizable a corto , mediano y largo plazo.
No podemos seguir con el deporte show, que se sustenta en la improvisación de siempre. Que se entienda que nada se construye desde la azotea, por el contrario se hace desde las bases. Yo sé que ello lo puede comprender el Presidente Laurentino Cortizo Cohen, pues su triunfo electoral se debió al trabajo en sus bases, no desde la cúpula.
Nuestro Deporte requiere que todo el esfuerzo , dinero y voluntad esté dirigido a la construcción de un verdadero y serio sistema deportivo y la completa reestructuración de la organización de corregimiento, provincial,federativa, paralelamente a la estudiantil y universitaria.
Este último aspecto debe ser comprendido, para entender las razones por la cual se realizó con éxito competitivo los Juegos regionales de 1970, (2 años después del golpe militar) pues nuestra organización deportiva en las bases estaba funcionando exitosamente ( juegos colegiales, nacionales, campeonatos en clubes, distrito y provincias, además con la respectiva participación en eventos internacionales en cada disciplina deportiva ). Es decir, elemento humano sobraba y vibraba en nuestros barrios y colegios, lo que faltaba era más instalaciones entre otras necesidades, que fue lo que implementó con visión y gran acierto el equipo de gobierno de la época , bajo el liderazgo del General Omar Torrijos, pero esa no es nuestra realidad actual, en cuanto a nuestro contenido participativo y competitivo. Hoy nuestra organización deportiva toca fondo y agoniza, es por ello que un juego regional no resuelve lo concreto y real en nuestra estructura deportiva, ese es un argumento para el país político pero no para el país profundo, en donde está involucrada nuestra juventud.
Además, la sola organización de un juego regional, no derrota al estado de orfandad en que se encuentra desde hace muchos años, este estamento de la vida nacional, su juventud, sus abuelos, padres y sus entornos, producto de la falta de visión y objetivos de la dirigencias políticas nacionales.
La Carta internacional de la Educación Física, la Actividad Física y el Deporte de la UNESCO de la cual somos suscriptores establece: “ los Estados tienen el compromiso de brindar a la población espacios e instalaciones adecuadas” no hay que hacer juegos para cumplir con los compromisos que hemos suscritos, sino tener la visión y la voluntad para hacerlo.
Ello es lo que corresponde y no el derroche de nuestros recursos, ni hoy ni nunca. No esperemos más y declinemos, pues es lo que razonablemente corresponde.
Adiós Juegos Centroamericanos y del Caribe 2022!
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Articulo publicado en Broadway Latino el 10 abril 2020