¿Qué es mejor,
correr o
caminar?
Todo depende de nuestra forma
física y circunstancias pero
caminar siempre es
bueno y correr, depende.
Correr está de moda. Vamos por la calle y los parques de las ciudades y todo el mundo corre. Muchos se plantean empezar pero ¿es bueno correr? ¿y si lo que prefiero es caminar? ¿Qué es mejor para mí? La Doctora María Amaro, creadora del método del mismo nombre para perder peso, lo explica:
‘Caminar a un buen ritmo significa que no es un simple paseo, hay que caminar a un ritmo adecuado para quemar las mismas calorías que si estuviéramos corriendo y controlando quiénes somos. Es fundamental frecuencia, ritmo y tiempo. Caminar salvo patología que lo impida es un ejercicio seguro y efectivo. La frecuencia para que sea equivalente a correr es que se practique como mínimo entre 3 y 4 veces a la semana. El tiempo que debemos dedicar depende de cada persona pero inicialmente debemos comenzar con 20-30 minutos e ir aumentando progresivamente hasta los 45-60 minutos. En los primeros entrenamientos el ritmo debe rondar el 60% de la frecuencia cardíaca máxima. El ritmo debe ser siempre ágil y cómodo para el deportista pero teniendo en cuenta siempre la forma física de la que partimos”, sostiene.
Este tipo de ejercicio es ideal para aquellas personas que no tienen mucho tiempo, no les gusta correr y les gusta hacer ejercicio al aire libre y no gimnasios.
Qué beneficios tiene caminar a un ritmo rápido:
-A nivel cardíaco disminuye la tensión arterial y los niveles de colesterol
-Ayuda a la vista, porque ayuda a luchar contra el glaucoma del ojo
-Aumento del volumen pulmonar (caminar es un ejercicio aeróbico, aumenta el flujo en el torrente sanguíneo y ayuda a eliminar toxinas)
-Previene la diabetes controlando los niveles de azúcar en sangre
-Mejora la digestión, 30 minutos de caminando al día disminuye el riesgo de cáncer de colon, y regula el estreñimiento
-Mejorar el sistema inmunitario haciéndonos más fuerte frente a las infecciones
-Tonifica gran cantidad de músculos fundamentalmente glúteos, gemelos y cuádriceps
-Ayuda a perder peso dado que quemamos calorías con el ejercicio
-Te relaja y que ayuda a tener un mejor estado de humor, así como establecer relaciones sociales si vas acompañado dado que caminar te permite hablar a diferencia de correr
-Aumenta la capacidad de concentración y puede aliviar síntomas del trastorno de déficit de atención
-El ejercicio al aire libre aumenta la capacidad para retener información y reduce la pérdida de memoria, lo que es muy recomendable en épocas de estudio
-Como te dedicas tiempo a ti, mejora tu autoestima y te hace sentir mejor contigo misma.
Caminar o correr, ¿qué es más beneficioso?
Determinar si correr es mejor ejercicio que caminar o por el contrario caminar es mejor que correr, depende de qué aspecto de la salud queramos cuidar y del estado físico y preferencias de cada paciente. A nivel cardiovascular tanto correr como caminar deprisa, ambas tienen beneficios similares siempre y cuando la distancia recorrida sean la misma la diferencia está en el tiempo empleado, caminando tardaremos prácticamente el doble que corriendo.
A nivel de las articulaciones es preferible caminar que correr, las articulaciones de los miembros inferiores durante la carrera soportan una carga de dos y tres veces el peso corporal lo que implica un mayor riesgo de desarrollar una artrosis con los años frente a las personas que caminan.
A nivel del estado anímico se considera que corren parece mejor que caminar ambas favorecen el riego sanguíneo cerebral, ayudan a mantener la memoria aumentan el rendimiento intelectual y reducen el riesgo de ictus y Alzheimer. En cambio correr proporciona una sensación de euforia que no proporciona caminar.
Respecto a la pérdida de peso es cierto que correr consume más calorías que caminar. Pero caminar a paso acelerado tenga el mismo número de calorías por kilómetro lo único que lleva más tiempo alcanzar la misma distancia que corriendo.
La decisión de correr o caminar es personal se deben evaluar ventajas y desventajas de cada uno pero siempre ser debe uno asesorado por un profesional por si hay alguna patología que nos impida decantarnos hacía una u otra. Hagamos el deporte que hagamos lo que sí tenemos que hacerlo con la ropa adecuada fundamentalmente el calzado, unas buenas zapatillas nos pueden impedir muchas lesiones
Por último, en el deporte hay diferencias en el hombre y la mujer, sobre todo cuando ésta está en edad fértil.
A lo largo del ciclo de la mujer en diferentes fases. En la fase folicular justo después de la menstruación tenemos mayor sensibilidad a la insulina, mayor uso del glucógeno y por tanto quemamos menos grasa. En la fase ovulatoria existe una reducción del apetito y hay un aumento de fuerza por aumento de la testosterona. En la fase final del período, la fase lútea, hay un aumento del apetito, peor sensibilidad a la insulina, mayor uso de grasa como combustible, menos producción de serotonina (causantes de el malhumor e irritabilidad).
Luego, en cada fase de nuestro ciclo la alimentación deberíamos cambiarla: en la fase folicular podemos aumentar ligeramente la ingesta de hidratos de carbono dado que nuestro cuerpo tiene más facilidad para construir músculo a partir de esta energía. En cambio, después de la ovulación y dado que se pierde la sensibilidad a la insulina, es aconsejable reducir ligeramente los hidratos de carbono. Por desgracia justamente a finales de esa fase es cuando muchas mujeres, al disminuir los estrógenos y la progesterona, tienen antojos, fundamentalmente de chocolate y fruta. El chocolate es rico en magnesio y nos ayuda a aliviar esta ligera depresión que muchas mujeres sufren en los días previos a la menstruación.