Pabellón de la Fama instala siete nuevos inmortales (almomento.net)
Sentados desde la izquierda, los nuevos inmortales Alejandro Tejeda, José Joaquín Puello, Josué Polanco, Ramón Martínez, Andrea Hernández, Teresa Durán y Moisés Alou, acompañados, en el mismo orden por los miembros del Pabellón de la Fama, Fernando Teruel, Rubén Luis Andújar, Dionosio Guzmán, Carlos Lamarche Rey, Luis Scheker Ortiz, José Pío Santana, Rafael Damirón, José Rodríguez Conde, Rolando Miranda y Luis Ramón Cordero.
José Joaquín Puello recibe una placa de reconocimiento.
Bartolo Colón junto a prominentes dirigentes deportivos durante el ceremonial.
Moisés Alou durante el reconocimiento.
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SANTO DOMINGO.- La trayectoria deportiva de siete ilustres ciudadanos quedó plasmada este domingo cuando Teresa Durán, José Joaquín Puello, Moisés Alou, Alejandro Tejeda, Andrea Hernández, Josué Polanco y Ramón Martínez dieron el paso final de sus respectivas carreras.
Ellos fueron elevados a la inmortalidad del deporte en un solenme acto de exaltación celebrado por el Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano, cuyo XLVIII Ceremonial no pudo ser menos emotivos que los de anteriores versiones.
El béisbol reforzó y engalanó su vitrina de inmortales con la elevación al Templo de la Fama de Alou y Martínez, dos de las más elevadas figuras dominicanas que han militado en las Ligas Mayores.
Alou es de los pocos peloteros dominicanos con un promedio vitalicio de .300 (a la hora de su retiro terminó con .303) y Martínez integra un limitadísimo círculo de lanzadores criollos con más de 100 victorias en las Grandes Ligas (ganó 135 con sólo 88 derrotas). El derecho es el cuarto en triunfos entre los dominicanos, sólo superado por Juan Marichal, su hermano Pedro Martínez y Bartolo Colón.
El Pabellón de la Fama también alberga desde este domingo en su sagrado recinto a Teresa Durán, la más prolífica anotadora que ha conocido este deporte, una de las más grandes del Caribe y la atleta que dominó su deporte como ningún otro lo ha hecho en la historia del deporte nacional.
Con Teresa también entró a la historia del deporte del aro y el balón Alejandro Tejeda, jugador que por 17 años jugó el baloncesto superior al más alto nivel, que se defendió la camiseta dominicana en tres Juegos Centroamericanos y del Caribe y en cuatro versiones del Centrobasket, pero que también descolló como entrenador del seleccionado tricolor.
Qué decir de Hernández y Polanco, dos de los atletas que más brillos le han dado al país desde sus respectivos deportes como el judo y el softbol, ayudándolos a ganar medallas en eventos internacionales y sobresaliendo grandemente en el plano personal. Andrea es una ganadora de medalla de oro en Juegos Centroamericanos y medallista de plata de Juegos Panamericanos, mientras que Josué brilló por 17 años como miembro de la selección y obtuvo múltiples galardones individuales como lideratos de jonrones, remolcadas y premios de Jugador Más Valioso.
Otro con credenciales de sobra para engalanar el Pabellón de la Fama es el doctor José Joaquín Puello, cuya presidencia de Organización Deportiva, Centroamericana y del Caribe lo convirtió, hasta hoy, en el dirigente dominicano que ha presidido la más alta institución de un estamento deportivo a nivel internacional.
Así que Puello, Hernández, Polanco, Alou, Durán, Tejeda y Martínez pasan a formar parte de la historia del deporte con sus exaltaciones al Pabellón de la Fama, cuyo 48 Ceremonial tuvo lugar en el auditorio de la entidad del Centro Olímpico Juan Pablo Duarte, con el respaldo de Café Santo Domingo, Agua Planeta Azul, Critical Power S.R.L., Microfunciones FGLE, Joyería Alexander, Banco Popular Dominicano, Casa Calín, Ferquido, CERTV, la Liga de Béisbol Profesional, Ministerio de Deportes y los equipos Licey, Escogido, Aguilas, Toros, Estrellas y Gigantes.
El primero en ser exaltado fue Moisés Alou, quien sigue el legado de una notable familia de beisbolistas y ejemplares ciudadanos que ya cuenta con cuatro miembros en el Pabellón, como su padre Felipe y sus tíos Mateíto y Jesús, éste último presente en el ceremonial.
El último de la prole Rojas Alou que llega a la inmortalidad tuvo como edecán a Pablo Neftalí Cruz, definido por el propio Moisés “como la persona que ha sido como un padre, mentor y proyector en mi carrera”.
Moisés agradeció a Dios por dotarlo del talento para jugar béisbol y a su familia por la formación que le dieron, especialmente a su madre María Beltré, quien asistió a darle un espaldarazo a su vástago.
La mujer que ayudó a las Aguilas de Guachupita a construir una hegemonía en el baloncesto femenino distrital dijo que la emoción que sentía era inmensa e indescriptible.
Teresa Durán aseguró que “todo lo que diré aquí hoy me sale del alma, del corazón y les aseguró que jamás pensé que un día de mi vida iba a estar recibiendo un homenaje tan especial como este de la inmortalidad”.
La escolta que también bañó de títulos a la República Dominicana en eventos internacionales y que se retiró de la competición internacional encestando 38 puntos en unos Juegos Centroamericanos, dijo que los años de esfuerzo, de valentía y de una gran disciplina “son coronados en este día”.
Durán agradeció a su mentor Carlos Ramírez Cabrera, quien fue su edecán, a su familia que siempre le apoyó y a la barriada de Guachupita.
Hernández dijo que “llegar a la inmortalidad a través del judo me hace una mujer afortunada. Hoy estoy donde cada atleta sueña con estar, pero esto no hubiera sido posible sin el apoyo de mi familia y de dirigentes deportivos como Jaime Casanova y Juan Chalas. A ellos les debo parte de que soy”, aseguró la vegana que tuvo como edecán a Germán Despradel hijo..
Ramón Martínez tampoco estuvo ajeno al papel jugado por la familia en la vida de un atleta. El no sólo valoró el soporte de sus allegados, sino la educación y el concepto de familia que aseguró le inculcaron sus padres. Asimismo, ponderó el papel jugado en su desarrollo y éxito como atleta de Eleodoro Arias, su edecán, Rafael Avila, Elvio Jiménez, Rufino Campusano y Nelson Gerónimo.
Para José Joaquín Puello, la inmortalidad significa pasar a la eternidad del deporte. El ex presidente y presidente Ad-Vitam del Comité Olímpico Dominicano fue elevado como propulsor por el rol que ha desempeñado por décadas masificando y desarrollando el deporte nacional desde las lides dirigenciales.
“Agradezco la escogencia por parte del Pabellón de la Fama y a Dios por permitirme estar aquí. Espero que Dios me dote de la fuerza necesaria y de la voluntad para honrar este reconocimiento que hoy me hacen elevándome a la inmortalidad del deporte dominicano,” dijo el eminente neurocirujano.
“Nunca imagine que iba a llegar a ser inmortal, a pesar de que Dios me dio la salud y la consistencia para jugar al baloncesto por 17 años y representar a mi país como jugador y entrenador,” expresó por su lado Alejandro Taveras, cuyo edecán fue otro ex selección nacional Héctor -El Vikingo- Monegro.
Durante el Ceremonial fueron reconocidos el lanzador Bartolo Colón, a quien fue dedicado el mismo por haber llegado a 200 victorias en Grandes Ligas; el tenista Víctor Estrella, por sus sobresalientes actuaciones este año en el que ha jugado en dos torneos del Grand Slam, incluyendo un avance a la tercera ronda del Abierto de Estados Unidos.
También, a las jugadoras de la selección nacional de voleibol que recién acaba de ocupar el quinto lugar en el Mundial de Italia. Marianna Fersona, Bethania de la Cruz, Cándida Arias, Annerys Valdez, Niverka Marte, Brayelin Martínez y Rosalin Angeles representaron a sus demás compañeras del seccionado de voleibol. Otro homenaje fue hecho a Vinicio -Guini- Santana, único sobreviviente de la primera cosecha de inmortales exaltados en 1966.
Los símbolos del Pabellón de la Fama fueron portados por Alex Prats, destacado miembro de la selección nacional de bolichero, María Gabriela Brugal, medallista de bronce mundial en equitación y plata este año en los Juegos Olímpicos de la Juventud de Nanjing, China; y Juan Carlos Payano, quien el pasado mes se coronó campeón del peso gallo de la Asociación Mundial de Boxeo.