Confederacion Dominicana de Judo (CONDOJUDO)
Hace unos meses, una denuncia ante la Dirección de Ética Gubernamental reveló un escándalo con las dietas que fueron entregadas a algunos federados dominicanos para los Juegos Olímpicos de Tokio, sin siquiera salir de la República Dominicana y la reacción del Comité Olímpico Dominicano fue callar y los miles de dólares que algunos recibieron para ir a Japón, pero sin ir, se quedaron en el aire.
Esta semana, y luego de más de un mes de espera tras la solicitud a través del portal de libre acceso a la información pública, el Ministerio de Economía, Desarrollo y Planificación, le entregó a Diario Libre un informe que por igual presentaba una serie de irregularidades en la forma en que el Comité Olímpico Dominicano manejó los RD$42 millones que el gobierno dominicano le otorgó como subvención como Asociación Sin Fines de Lucro.
Ese mal manejo, una violación de los artículos 90 y 93 del reglamento de aplicación 40-88 de la ley 122-05, estuvo cerca de costarle toda la subvención estatal de no haber sido por una intervención del ministro de Deportes, pero que terminó costándole RD$8 millones, o un 20 por ciento, para el 2022.
Por obligación tenemos que preguntarnos qué está pasando en el Comité Olímpico Dominicano y más allá de reaccionar como víctimas o alegar que se trata de una persecución, lo que deben hacer es actuar con claridad.
Y eso, que no hemos entrado en juicios de valor sobre la forma en que se prioriza la distribución de esos fondos como, por ejemplo, lo que se destina para desarrollo de los atletas de alto rendimiento y por qué se invierte casi el triple en “asesorías jurídicas y financieras” de las federaciones.
El deporte dominicano ha sabido poner bien en alto nuestra bandera en diferentes partes de la geografía mundial, de ahí que absolutamente todo lo que se mueva con éste tenga la atención de la generalidad, pero no solo para los aplausos y vitores sino también para responder cuando existan preguntas qué responder.
Los ciudadanos dominicanos estamos pendientes de que las cosas se hagan bien, y de que los actores de cada renglón respondan adecuadamente a las responsabilidades que recaen sobre ellos.
Los tiempos de dejar pasar por alto las cosas para no causar ronchas, o por compromisos paralelos, terminaron hace tiempo, sino lean la prensa para que se enteren de lo que está pasando en diferentes renglones de esta sociedad en sentido general.