sábado, 6 de febrero de 2016


¿Por qué cuesta tanto dejar el deporte?


Hace más de un año el mundo deportivo se sorpendía al escuchar la historia de Ian Thorpe, ex-campéon mundial y olímpico de natación quien fue encontrado deambulando por la calle, profundamente mareado y con un cuadro serio de depresión. Thorpe, al igual que muchos otros atletas sufrió las consecuencias de dejar de hacer lo que más amaba en la vida. Entre ellos tenemos a Victoria Pendleton (la atleta británica más exitosa), el boxeador Sugar Ray Leonard, y el jugador de hockey Wayne Gretzky.
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Ian Thorpe en 2014
Todos los atletas que se han retirado conocen la difícil tarea que supone abandonar el deporte. Un día te levantas pero tu vida ha cambiado. Ahora ya no tienes que ir a entrenar ni someterte a una diete saludable. Las competencias se han acabado y la vida que llevaste durante más de 10 años no volverá. En palabras del mítico Sugar Ray Leonard:
“Nada me satisfacía fuera del cuadrilátero” “No hay nada en la vida que se compare con ser campeón mundial, con que te levanten el brazo en ese momento de gloria, con miles, millones de personas alentándote”
“Cuando regresaba me sentía más seguro en el ring. Podía vencer esos demonios que me poseían fuera del cuadrilátero. Era una liberación cuando entrenaba para una pelea porque de repente estaba totalmente limpio… Me daba una sensación de calma”
Los atletas de cualquier nivel tienen que preparse mentalmente para el retiro, ya que sin importar el deporte y el nivel al que se encuentren, ellos tendrán que realizar una carrera fuera del deporte. Algunos profesionales aprovechan su fama deportiva para obtener puestos administrativos en el deporte que aman, por ejemplo el nadador Alexander Popov quien tras su retiro ocupó cargos administrativos en la Federación de Natación de Rusia, otros se dedican al periodísmo como es el caso del ex-futbolista Luis García, algunos más aprovechan la fama y las conexiones adquiridas para incursionar en el medio y forjar fortunas, como es el caso de Oscar de la Hoya “Golden Boy” quien fundara la promotora Golden Boy Promotions y que factura millones de dólares al año.
Oscar de la Hoya
Oscar de la Hoya
Dicho lo anterior, ¿Qué tienen en común los tres atletas anteriores?
Todos añoran regresar, hace pocas semanas de la Hoya sorprendió al mundo entero al anunciar que podría regresar al cuadrílatero. Popov anunció su inscripción al mundial de natación másters al tiempo que la obsesión de Luis García con el fútbol lo llevó a agrupar a otros futbolistas para fundar la revisa YO SOY FUTBOL y participar activamente en juegos de caridad. En palabras de Leonard:
“A veces no escuchamos a nuestros cuerpos. El cuerpo dice ‘es hora’, pero en nuestros corazones y nuestras mentes nos decimos ‘una vez más’. ¡Siempre es una vez más!”
Lo cierto es que todo tiene un fin. El telón baja y los atletas tienen que estar preparados para cuando llegue ese momento. Sin embargo cada vez más organizaciones y empresas se preocupan por adaptar a los deportistas al mundo real. Un ejemplo notable es el de Coca Cola. La empresa americana cuenta con un programa para reclutar atletas olímpicos pues es consciente de sus altas habilidades y sentido de competitividad.
El programa llamado International Olympic Committee’s Athlete Career Program ayuda a deportistas olimpicos como lo hizo con Alyssa Anderson ex campeóna olímpica del 4×200 libre. Anderson estudió Marketing en la universidad y vio el trabajo de Coca-Cola  que implicaba el apoyo de patrocinio de los Juegos Olímpicos de invierno de 2014 en Sochi. Era perfecto. Era perfecto.
“Me dije a mi misma, es perfecto. Coca-Cola es la compañía de la que siempre hablabamos en clase. Y son el patrocinador olímpico más imporante”.
Otras empresas cuentan con programas similares a los de Coca-Cola y si bien es cierto que no se compara con prácticar tu deporte favorito es una manera de facilitar la transición.