miércoles, 16 de julio de 2025

El deporte para el bien y la necesidad de tomar decisiones difíciles / Sport for good and the need to make difficult decisions

El deporte para el bien y la necesidad de tomar decisiones difíciles (sporttanddev)


Necesitamos replantear el “deporte para el desarrollo” como “deporte para el bien” para superar las divisiones artificiales entre el deporte de base, el amateur y el profesional.

Por Simone Galimberti

Debo confesar algo. Siempre me sentí incómodo al llamar a nuestro trabajo "deporte para el desarrollo". Cuando me preguntaban al respecto, me resultaba difícil explicarlo. Para mí, el deporte se trata, por naturaleza, del desarrollo, tanto a nivel individual como social. El desarrollo es la esencia del deporte. Es un pilar fundamental. Lo considero un elemento esencial que se aplica a todas las formas de deporte.

El deporte existe en un continuo, desde el nivel amateur hasta el profesional. En todos los niveles, debería aportar cambios positivos a quienes lo practican. Sin embargo, a menudo nos decepciona cómo evoluciona el deporte, especialmente a niveles profesionales. A veces, este cambio positivo no se produce. Otras veces, se ve eclipsado por vergonzosos episodios de racismo o violencia física. Estos incidentes no deberían hacernos perder de vista la verdadera esencia del deporte. Ciertamente, no podemos minimizar ni normalizar este tipo de comportamiento. Para evitarlo en el futuro, debemos recuperar la esencia original del deporte.

La actual crisis de ayuda podría ser una oportunidad. Esta crisis combina dos factores. Primero, la decisión de la administración de Trump de recortar la ayuda exterior. Segundo, las guerras y tensiones que obligan a las naciones a invertir en armas. Esta situación nos brinda la oportunidad de replantearnos el deporte en su conjunto.

Clasificar nuestro trabajo como "deporte para el desarrollo" es práctico y conveniente. Pero he notado un problema. Hemos creado una división innecesaria en el deporte. Algunos practicamos deporte de base para ayudar a las comunidades. Otros practicamos deporte profesional. En un punto intermedio se encuentra el deporte amateur, que recibe poco reconocimiento. La conexión entre estas tres áreas es débil. En el mejor de los casos, el deporte profesional apoya el trabajo de base a través de programas de responsabilidad social corporativa. Este apoyo desde arriba es principalmente simbólico.

En lugar de luchar por restaurar la financiación, ¿no deberíamos plantearnos preguntas difíciles? ¿No podríamos aprovechar esta crisis para replantearnos nuestro enfoque? ¿Por qué no intentar replantear todo el sector deportivo? Creo que deberíamos empezar a llamar a nuestra labor "deporte para el bien". No se trata solo de renovar la imagen. Es un esfuerzo por superar las divisiones y reconceptualizar todo el deporte como "deporte para el bien".

La enorme industria del deporte profesional también debería replantearse su enfoque. Necesitamos una profunda reflexión para redescubrir las raíces olvidadas del deporte. Esto incluye las altas esferas del deporte profesional. No soy ingenua, la industria del deporte en su conjunto no cambiará de la noche a la mañana, pero algunos estándares y principios podrían integrarse mejor en todo el sector.

¿Qué implicaría esta transformación para el trabajo de base? Los recursos financieros seguirán siendo esenciales. El deporte profesional debería hacer mucho más para apoyar el trabajo de base con las comunidades locales. Los sectores empresariales también podrían aumentar significativamente sus contribuciones. Sin embargo, quizá debamos reconsiderar el papel del voluntariado.

Muchos de nosotros nos hemos esforzado por atraer donantes y profesionalizarnos creando organizaciones a tiempo completo con personal remunerado. Siempre hemos promovido el voluntariado para apoyar nuestras actividades. Pero quizás al intentar profesionalizar nuestro trabajo, olvidamos su verdadero valor. Nos acostumbramos a pensar que el deporte para el desarrollo era solo otra forma de trabajo de desarrollo. Destacamos el voluntariado, pero solo de forma limitada. Consideramos virtuoso movilizar a la juventud local mientras muchos de nosotros ocupábamos puestos remunerados.

Quizás sólo un número limitado de organizaciones sobrevivan. Quizás sólo las mejor organizadas perduren, se expandan y alcancen nuevas metas. Esto significa que habrán menos organizaciones en general. Pero las que queden prosperarán y se convertirán en verdaderos motores del cambio, porque finalmente estarán posicionadas para generar resultados.

¿Qué pasa con quienes no encontramos nuevos recursos? No deberíamos renunciar a nuestro buen trabajo. Deberíamos adaptarnos a una nueva realidad y redescubrir el potencial del voluntariado. En lugar de luchar por mantener pequeñas oficinas con un impacto limitado, quizá deberíamos abrazar el voluntariado. Podríamos renunciar al sueño de dirigir organizaciones a tiempo completo. Esto no significa abandonar nuestra misión. Significa abrazarla de una forma diferente.

La financiación para organizaciones dirigidas por voluntarios no debería detenerse por completo. Pero podría redirigirse a apoyar actividades locales en lugar de luchar por batallas imposibles. Centrarnos demasiado en encontrar financiación no disponible paralizaría nuestro trabajo. Conozco muchas organizaciones sin fines de lucro dedicadas, gestionadas total o principalmente por voluntarios. Realizan un trabajo excelente. Las personas que las respaldan son modelos de ciudadanía responsable. Dedican su tiempo libre al bien común de forma rentable.

Entiendo que mi propuesta aún es general y está poco desarrollada. Puede parecer provocadora. No tengo todas las respuestas. Muchos creen que la financiación debería restablecerse de alguna manera. Otros piensan que nuestro sector debería evitar los recortes de ayuda porque somos diferentes del trabajo de desarrollo tradicional. Respeto estas opiniones. Pero todo el sector de la ayuda tiene margen de mejora. Incluso en el mejor de los casos, deberíamos reflexionar sobre nuestro trabajo.

Termino con esperanza. A pesar de las crecientes frustraciones y las difíciles decisiones que nos esperan, debemos seguir orgullosos de nuestros logros. Este no es el final de nuestro camino. Circunstancias difíciles están poniendo a prueba nuestra determinación. No pido que nos retiremos. Los invito a reflexionar sobre nuestro trabajo y misión de forma diferente, manteniendo grandes ambiciones y una visión clara. Este es solo un esbozo inicial de una visión diferente del deporte. En esta visión, todas las formas de deporte sirven verdaderamente al bien de nuestras sociedades. Depende de todos nosotros encontrar la creatividad y la determinación para desarrollar este lienzo del "deporte para el bien" y forjar el futuro del deporte.


Acerca del autor

La autora es cofundadora de ENGAGE, una organización local sin fines de lucro en Nepal que promueve el deporte entre jóvenes y adultos con discapacidades.