El judo, deporte educativo de primer orden
José Antonio Sánchez Gandoy Son muchos los padres que en un momento determinado se interesan por escoger para sus hijos un deporte que complete los aspectos físicos, técnicos y formativos que a todos se les supone. Los tiempos están cambiando y somos conscientes de las quejas de algunos profesores y maestros sobre la actitud para con ellos de algunos de sus alumnos durante las clases. Eso ya es un indicativo importante de que algunos jóvenes podrían mejorar en esta faceta, pero no es sencillo conseguirlo.
Sin duda la educación principal ha de recibirse en casa. Pero hay actividades, el deporte en general, que pueden ayudar mucho a esta formación en los niños y jóvenes. Y aunque a veces no sea fácil decidirse por uno o por otro quiero aportar algunos datos ,de las que ya he hablado otras veces, por los que se considera al judo como la actividad más formativa para niños y niñas.
En Japón, es deporte obligatorio en los ciclos escolares de enseñanza, por su estimable valor pedagógico. Muchos otros países, Francia entre otros, siguen un camino parecido para con el judo.
Este deporte olímpico, de lucha, que se practica descalzo, con un traje blanco y un cinturón que indica el grado de habilidad y conocimiento alcanzado, es una disciplina de combate de gran dureza y sacrificio en la competición en los ciclos universitarios y de adultos, pero que en las edades escolares (a partir de cinco años) llega desde la dinámica del juego, ya sea individual o de equipo, con altos valores formativos que inciden directamente en la educación y control de los jóvenes.
El judo infantil, tiene una programación absolutamente reglada para conseguir ampliar la destreza de los niños. Las llaves, técnicas y movimientos, son programadas dentro de cada color de cinturón para facilitar el entrenamiento. Pero si algo debemos resaltar en esas edades, es la nobleza que impera durante las clases. En ellas prima la educación y el respeto mútuo. Además, aspectos como la flexibilidad, coordinación, equilibrio,etc, junto con la potenciación de cualidades como la decisión o la autoestima, hacen que tanto los niños excesivamente tímidos como los hiperactivos, consigan encontrar el equilibrio adecuado para normalizar su carácter. No olvidemos que el judo ha sido designado por la Unesco como el deporte más formativo para la edad infantil.
El judo es juego y diversión para el niño a la vez que una herramienta de educación que le orienta hacia hábitos deportivos muy saludables.
En la educación incide directamente, pues la propia disciplina japonesa del origen del judo implica una forma determinada de actuar donde el respeto está absolutamente presente para todos los alumnos.
Un niño que tres días a la semana acude a unas clases en las que debe saludar al entrar y salir del tatami (una inclinación o saludo como señal de respeto que se emplea en las artes marciales japonesas) que saluda con máximo de formalidad al iniciar y terminar las clases y que también debe hacerlo cuando cambia de compañero para realizar sus ejercicios, está siguiendo un protocólo de educación que supone respeto al entorno general de la clase, al profesor y a los compañeros. Ni siquiera en el colegio hace un ejercicio de educación parecido.
Además, en los entrenamientos hay un contacto físico ideal para mejorar aspectos como ciertos excesos tanto de timidez como de hiperactividad y la propia dinámica de estas clases integra al niño en el grupo.
La Federación de Judo y DA. del Principado de Asturias, entre sus muchas actividades ofrece la posibilidad de iniciarse en la competición por medio de los Juegos Escolares y otros, con la finalidad de que los jóvenes vayan interesándose cada vez en mayor medida, por este deporte.
Por eso, el judo, como tantas veces se dijo, es una herramienta educativa de primer orden.