Aportes
al Judo Dominicano por la Colonia Japonesa en el país.
Por: Jaime Casanova Martínez
Santo Domingo,
República Dominicana.- A partir del inicio del siglo pasado tuvimos la introducción del judo en diferentes países de toda América conociéndose los Estados Unidos de Norteamérica en 1889, Argentina en 1906, Brasil 1914, Canadá 1924, México 1947, Cuba 1951, Costa Rica y Colombia en 1955, entre otros.
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Mamoru Matsunaga (fallecido) |
Para algunos de
ellos esa introducción no se produjo hasta mediados del siglo pasado y es el caso de Republica Dominicana que forma
parte de los mismos pues la introducción de este arte marcial, aunque de manera
rudimentaria, se remonta al año 1943 cuando grupo de jóvenes recibía la
enseñanza de esta disciplina que en 1882 había fundado el filántropo japonés
Jigoro Kano (1860-1938).
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Tokuji Saito (fallecido) |
Y es que según el folleto conmemorativo del I Campeonato Nacional de Judo realizado el 4 de junio del 1967 en el Auditorio del Palacio de Bellas Artes de la capital dominicana en la segunda pagina del mismo podemos encontrar la siguiente la siguiente afirmación: "En la Republica Dominicana la introducción del Judo data del año 1943 cuando los señores Príamo Morel, Bayoan Pou y Sixto Inchaustegui se reunían con la finalidad de practicar Judo, que en aquella época no era mas que una forma de defensa personal ruda, orientada naturalmente por libros de Judo", termina la cita. |
Kenzo Yamamoto |
Esta instrucción que para la época era únicamente un arte marcial recibió un importante apoyo con la llegada al país de inmigrantes japoneses a diferentes colonias a
finales de la década de los años cincuenta, grupo del que formaba parte Mamoru
Matsunaga, entre otros.
Aunque muy joven
pero con amplios y acabados conocimientos de este arte marcial, Mamoru Matsunaga, fue un
importante y beneficioso impulso para el afianzamiento de la practica del judo
tradicional en el país sobre la esencia cultural y filosófica de esta disciplina del misticismo oriental.
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Yoshimichi Yokota y Jaime Casanova Martínez el pasado 20 de octubre en el Instituto Politécnico Loyola (IPL) |
En 1962 el
Instituto Politécnico Loyola, en la ciudad de San Cristóbal, introdujo la práctica de la disciplina en el área
deportiva con excelentes resultados siendo pues que se colocaron a sus atletas,
en los primeros planos competitivos en las décadas de los 60, 70, 80 y 90 con grandes
campeones en las competencias individuales y por equipos, tanto en infantil, juvenil y senior.
Dada la instrucción
académica en el Instituto Politécnico Loyola en la ciudad sureña,
para esos años, únicamente en el área masculina, nos perdimos de tener la
practica femenina que con seguridad darían excelentes competidoras.
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El otrora Club de Judo Loyola en la actualidad donde la practica de esta disciplina ha desaparecido |
Esa instrucción del
judo del Instituto Politécnico Loyola tuvo un apoyo esencial de la Compañía de Jesús, Padres Jesuitas, y quizás
circunstancial con la llegada de jóvenes de origen japonés a esa Alta Casa de
Estudios muchos de ellos desde el poblado de La Vigía en la provincia Dajabón quienes fueron campeones nacionales y magníficos instructores.
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Foto del año 1970 en el Club de Judo Loyola y de izquierda a derecha (de pie) Kenzo Yamamoto, Jaime Casanova Martínez, Mamoru Matsunaga, Julián Gabot, Cornelio Paniagua, Francisco Alcántara Mateo y Carlos Miguel Socias. Sentados de izquierda a derecha Lázaro Guzmán Suero, William Camilo Reinoso, Sergio Uribe Castro y Radhames Arno Ramírez, |
Así, podemos
mencionar a Tokuji Saito, Kenzo Yamamoto, Osamu Komatsu, Yoshimichi Yokota,
Toshiaki Takenaka, Jose Arai Satoru, entre otros.
La instrucción de
las prácticas y la enseñanza filosófica del judo como forma de vida estuvo a
cargo a finales de los años sesenta en el Instituto Politécnico Loyola con Tokuji Saito continuando con Kenzo Yamamoto a finales de los años sesenta e inicios de los setenta.
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Masahisa Yamashita (fallecido) |
Otros japoneses fueron parte de ese incipiente desarrollo del judo en el país en diferentes etapas y variadas décadas como lo fue Nobuyoshi Wakita quien fue el primer instructor en el Instituto Politécnico Loyola, Masahisa Yamashita, Manuel Arai, Terushige Hirumitsu y George Arai, así mismo, los hijos del Sensei Mamoru Matsunaga contándose entre ellos Chicayoshi, Yuyi, Minoru, Hiroshi y Norio.
Como grandes Campeones Nacionales descollaron Masahisa Yamashita y Kenzo Yamamoto, entre otros, tanto en sus divisiones de peso como en la difícil categoría abierta sin dejar de lado las competiciones por equipo.
Esas direcciones
deportivas a cargo de inmigrantes japoneses dio un verdadero impulso al judo
del Instituto Politécnico Loyola y a nivel nacional prevaleciendo la esencia y
mística de este arte marcial que ya se había convertido en deporte olímpico
precisamente en los Juegos de la XVIII Olimpiada efectuada en Tokio,
Japón para 1964.
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De izquierda a derecha Santiago (Quiquito) Cuesta Diaz (fallecido), Francisco Alcántara Mateo, Jaime Casanova Martínez, Carlos Miguel Socias Rodríguez, Sergio Víctor Cid Ortiz, José Adolfo Uribe López y Arismendi (Gerson) Rodríguez (fallecido); Equipo Campeón Nacional de Judo los años 1971, 1972 y 1973 del Club de Judo del Instituto Politécnico Loyola como un verdadero legado a la instrucción del judo tradicional japonés. |
Sin lugar a dudas esa llegada a Republica Dominicana de este arte marcial convertido luego en deporte olímpico ha sido esencial para la obtención de importantes medallas en Juegos Centroamericanos y del Caribe, Bolivarianos, Panamericanos, además, en grandes eventos a nivel mundial y la instrucción japonesa fue esencial por su legado.
04 noviembre 2024.
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Contributions to Dominican Judo by the Japanese Colony in the country.
By: Jaime Casanova Martínez
Santo Domingo, Dominican Republic.- Since the beginning of the last century, we have had the introduction of judo in different countries throughout America, with the United States of America in 1889, Argentina in 1906, Brazil in 1914, Canada in 1924, Mexico in 1947, Cuba in 1951, Costa Rica and Colombia in 1955, among others.
For some of them, this introduction did not occur until the middle of the last century, and this is the case of the Dominican Republic, which is part of them, since the introduction of this martial art, although in a rudimentary way, dates back to 1943 when a group of young people received the teaching of this discipline that in 1882 had been founded by the Japanese philanthropist Jigoro Kano (1860-1938).
And it is that according to the commemorative brochure of the I National Judo Championship held on June 4, 1967 in the Auditorium of the Palace of Fine Arts of the Dominican capital, on the second page of the same we can find the following statement: "In the Dominican Republic the introduction of Judo dates back to 1943 when Mr. Priamo Morel, Mr. Bayoan Pou and Mr. Sixto Inchaustegui met with the purpose of practicing Judo, which at that time was nothing more than a form of rough self-defense, naturally guided by Judo books," the quote ends.
This instruction, which at the time was only a martial art, received important support with the arrival of Japanese immigrants to the country in different colonies at the end of the 1950s, a group that included Mamoru Matsunaga, among others. Although very young but with extensive and complete knowledge of this martial art, Mamoru Matsunaga was an important and beneficial boost for the consolidation of the practice of traditional judo in the country based on the cultural and philosophical essence of this discipline of Eastern mysticism.
In 1962, the Loyola Polytechnic Institute, in the city of San Cristóbal, introduced the practice of the discipline in the sports area with excellent results, thus placing its athletes in the competitive foreground in the 60s, 70s, 80s and 90s with great champions in individual and team competitions, both in children, youth and senior.
Given the academic instruction at the Loyola Polytechnic Institute in the southern city, for those years, only in the male area, we missed having the female practice that would surely give excellent competitors.
That judo instruction at the Loyola Polytechnic Institute had essential support from the Company of Jesus, Jesuit Fathers, and perhaps circumstantial with the arrival of young people of Japanese origin to that High House of Studies, many of them from the town of La Vigía in the province of Dajabón, who were national champions and magnificent instructors.
Thus, we can mention Tokuji Saito, Kenzo Yamamoto, Osamu Komatsu, Yoshimichi Yokota, Toshiaki Takenaka, Jose Arai Satoru, among others.
The instruction of the practices and the philosophical teaching of judo as a way of life was in charge at the end of the sixties at the Loyola Polytechnic Institute with Tokuji Saito continuing with Kenzo Yamamoto at the end of the sixties and beginning of the seventies.
Other Japanese were part of this incipient development of judo in the country at different stages and in various decades, such as Nobuyoshi Wakita, who was the first instructor at the Loyola Polytechnic Institute, Masahisa Yamashita, Manuel Arai, Terushige Hirumitsu and George Arai, as well as the children of Sensei Mamoru Matsunaga, including Chicayoshi, Yuyi, Minoru, Hiroshi and Norio.
Masahisa Yamashita and Kenzo Yamamoto, among others, stood out as great National Champions, both in their weight divisions and in the difficult open category, without neglecting team competitions. These sports directorates in charge of Japanese immigrants gave a real boost to judo at the Loyola Polytechnic Institute and at a national level, prevailing the essence and mystique of this martial art that had already become an Olympic sport precisely in the Games of the XVIII Olympiad held in Tokyo, Japan in 1964.
Without a doubt, the arrival of this martial art to the Dominican Republic, later converted into an Olympic sport, has been essential for obtaining important medals in the Central American and Caribbean Games, the Bolivarian Games, the Pan American Games, as well as in major events at a global level, and Japanese instruction was essential for its legacy.
November 4, 2024.
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