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viernes, 15 de junio de 2018

El día que despojaron al judo del Instituto Politécnico Loyola

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SANTO DOMINGO.- Aquella noche del 14 de febrero del 1971 regresamos a los dormitorios del Instituto Politécnico Loyola cabizbajos pues a pesar de los logros medallisticos obtenidos entendíamos que nos habían despojado de lo que debió haber sido nuestro primer Campeonato Nacional de Judo por Equipos Masculino en la categoría Superior.
 
Habíamos realizado un largo y arduo proceso de preparación, tácticas y estrategias para al final no ver coronado nuestro esfuerzo de muchos meses de rigurosos y largos entrenamientos que incluian, además de los ejercicios fisicos y la propia técnica de la disciplina, la subida diaria corriendo al Castillo de Trujillo en una empinada y agreste cuesta donde la resistencia física de cada uno de nosotros se ponía a prueba, entre otras cosas.
 
El primer lugar obtenido por nuestro equipo juvenil masculino no fue suficiente para conformarnos ya que la justa atlética se desarrolló en las dos vertientes de adultos o superiores y juvenil.
 
Ese día y luego de proclamar Campeón Nacional Superior Masculino al equipo del Instituto Politécnico Loyola se nos informó que había que competir de nuevo con el del Matsunaga Dojo conjunto al que ya habíamos ganado en una primera confrontación.

Jaime Casanova Martínez es el presidente de la UPJ.
 
A pesar de nuestras protestas pues en ningún sistema de apareamiento nadie vuelve a competir con quien ya se le había ganado en una anterior confrontación o dicho de otra manera los perdedores nunca puedan discutir el combate final por el primer y segundo puesto, tuvimos que volver al colchón de combates o tatami.
 
La disciplina en que habíamos sido formados y las amenazas de quitarnos cualquier posición nos obligó a competir frente al seleccionado del Matsunaga Dojo de quienes, esta vez, perdimos adjudicándose ellos el primer lugar y nosotros la segunda posición de la justa que correspondió al IV Campeonato Nacional de Judo por Equipos en la rama masculina y que se realizó en la fecha ya indicada en las instalaciones del Matsunaga Dojo de la calle Haim Lopez-Penna de la Urbanización Paraíso.
 
Para la ocasión el equipo del Matsunaga Dojo estuvo compuesto por Masahisa Yamashita, Simón López, Alfredo López y Batista Castro, entre otros.
 
El del Instituto Politécnico Loyola de la ciudad de San Cristóbal sus integrantes lo fueron Carlos Miguel Socias Rodriguez, Jaime Casanova Martinez, Francisco Alcantara Mateo, Cornelio Paniagua y José Adolfo Uribe López; la dirección estuvo a cargo del profesor Lazaro Guzman Suero.
Hablar por separado de cada uno de los  integrantes del equipo del Instituto Politécnico Loyola amerita un capítulo aparte pues sus técnicas de combate, resistencia física, debilidades y probadas fortalezas diferían de uno a otro como un verdadero complemento haciéndolos campeones hasta la fecha no superados lo que no podía ser diferentes por la estricta preparación que les precedió de la mano de excelentes profesores como lo fueron Tokuji Saito y Kenzo Yamamoto.
 
Los peleadores juveniles del Instituto Politécnico Loyola se alzaron con la primera posición de la justa el que estaba compuesto por Julio César Santana Guerrero, Santiago Cuesta Diaz, Salvador Ramírez, Alejandro Jimenez y Roberto Rodríguez.
 
Por su parte el conjunto subcampeón nacional juvenil lo integró Carlos Julio Matos, Juan Chalas Jiménez, Luis Ramón Marte y Vicente Castro, todos del Colegio de la Salle.
 
Para la época el el Comité Ejecutivo de la Federación Dominicana de Judo del Kodokan (Fedojuko) estaba integrado por Juan Chalas Mallen en las funciones de presidente – tesorero; Thimo Pimentel Rodríguez era el vicepresidente y Leo Nanita Cuello fungía como secretario; el Sensei Mamoru Matsunaga era el Asesor Técnico de la Fedojuko.
 
A la usanza de la época los expresidentes Octavio Kidd Silfa, Máximo Gómez Franco y José Antonio Wittkop eran los Consejeros.
 
De no haber sido por esa “falla fundamental” en el manejo de competencias el equipo de Judo del Instituto Politécnico Loyola habría ganado el Campeonato Nacional de Judo Por Equipos en la rama masculina durante cuatro años consecutivos dado que así lo hicimos en 1971, 1972 y 1973.
 
Esas “fallas técnicas” en el manejo de eventos ya había sentado un precedente negativo en el III Torneo Nacional de Judo realizado en el Colegio San Judas Tadeo los días 16 y 17 de mayo del 1969 cuando la categoría pluma se declaró un empate y medallas de oro para Antonio Giraldez Casasnovas y Ulises Calvo, así mismo, en la categoría mediana con Antonio Ortega y Edmundo Peña.
 
Pero peor aún y ese mismo día en las competiciones por equipos adultos se declaró un empate entre el Club de Judo Santo Domingo y el Club de Judo de Santiago y la pregunta obligada es porque no se actuó de la misma manera al año siguiente?
 
of-am
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